Solamente aquellos que en alguna oportunidad han recibido el llamado de un “Hunter” saben de los sentimientos encontrados que se generan a partir de esta conversación telefónica totalmente inesperada
“Estamos iniciando un proceso de selección para la posición de Gerente Corporativo de una Empresa Líder a nivel global que abrirá operaciones en el mercado local. Ofrece una gran oportunidad de proyección internacional para la persona que ocupe el puesto. Tanto la compensación como los beneficios son de primer nivel. Las excelentes referencias que tenemos de su trayectoria nos llevan a invitarlo a participar de este proceso” es, generalmente, el argumento que se escucha después de haber atendido el teléfono móvil.
Casi con seguridad que las primeras sensaciones, al escuchar la invitación, estarán ligadas con mucho de sorpresa condimentada con un “toque de indignación”, que generan respuestas tales como: “Yo estoy muy conforme con mi trabajo actual, estoy en un plan de desarrollo realmente importante con una compensación y beneficios significativos y… además NO estoy buscando ningún tipo de cambio de empleo!”. Claro, que al mismo tiempo que se van dando estas respuestas, la cabeza trabaja a mil y los diálogos internos se preguntan “¿Qué empresa será?” “¿Quién les habrá dado mis datos?” “¿Y si es una oportunidad interesante?”.
Ante tanta adrenalina destilada, la curiosidad puede más que la sorpresa y la indignación inicial para continuar con un … “en realidad, si bien mis condiciones actuales y futuras son muy buenas, uno siempre está dispuesto a escuchar, ¿de qué Empresa se trata? «
Lo que sigue es coordinar un encuentro, pero solamente para conocerse porque como ya se dijo: “No estoy buscando trabajo”. .. y además con la máxima reserva…
Esa noche y las que siguen, hasta el momento de la entrevista, no se dormirá o se dormirá muy mal. Una lucha interior comienza a desarrollarse cuando se produce el encuentro con los compañeros de trabajo… “¿les cuento o no les cuento?” es la cuestión interior que enfrenta las ganas de contar que da el orgullo de haber recibido el llamado con el lógico temor de avanzar en terreno desconocido.
La cuestión es que la práctica del “hunting”, que durante mucho tiempo estaba reservada para procesos de selección para puestos gerenciales, se ha expandido y hoy es tan aplicable a un cargo de dirección como para una posición de técnico. En un nivel como en el otro la llamada de un “Hunter” sigue despertando una irresistible tentación.
Enrique Pedemonte
Equipo de Pedemonte & Asociados